Vacío

Hay un espacio sin huellas, inerte,
donde arden los instantes y el silencio
es una invitación a la muerte.
Sueños estériles, caminos vacíos,
una geografía sin hombres ni vertientes.
Lejos, la humana condición del ruido,
 lejos, la sencilla armonía de un ente.
Como si la vida allí no fuera
esa inquieta travesía de delirios:
Alucinar, volar, sentir en las vísperas
el brío de un átomo imposible .

Los latidos del aire

Quédate por el aire
junto a las otras esencias
y al olor de los colores
cuando no importe tu cuerpo
y tengas el poder de las aves
que acercan a las estrellas
el polvo de las flores;

dispérsate
para que seas de los matices
que le dan luz a la tarde
y tu alma domine desde las nubes
nuestras solitarias noches;

en cada órbita
funde tu corazón con los sentidos
y surge como una mórula
para llenarlo de latidos.

Quietud

Redescubrí en la quietud de dos seres

la abundancia que encierra un instante

y una vieja devoción al silencio.

Rescatar la belleza del alma

y ser testigo de una esperanza
proyectada abiertamente en el aire.

Signos, gestos, trazos

de un acto elevado, sereno,

que hice mío mientras observaba

aquellos ojos a merced del infinito.

Puras esencias

Instinto.

Pura esencia

con  la piel al aire

en la experiencia vital

del camino y la palabra.

Intuición.

Pura esencia

con los ojos cerrados

en la conciencia tan rica

de conceptos abstractos.

Voluntad.

Pura esencia 

en la superficie del alma,

intención de ser 

entre lo oscuro y lo claro.

Estados

Derramados,
vamos de lo sólido a los matices,
acelerados
por la gravedad del tiempo
y el deshielo del ser en las vertientes.
Hay una riada en las fronteras
del hombre
cuando roza el umbral de lo líquido
y su cuerpo desbordado
intuye en el canal de la noche
otro vivir inventado.

Espacio y Tiempo

El tiempo es un deseo,

un ritmo,

una corriente viva.

Si encuentra placer en la frontera

se vuelve espacio

y se deforma.

Desaparecen su pulso

y sus instantes.

Solo le queda memoria.

Palabras

Que vuele alta la palabra

por la espesura gris del incienso

y en el dominio fértil de las alas

se haga raíz para un poema,

estigma carnal para un canto

porque en el descenso hacia las flores

buscará el olor de las lilas

y el temblor de los estambres.

                                                                                                                                                  …                                                            

También la palabra busca el silencio

y la ceguera fantástica de la noche,

abandonarse con su cuerpo de hoja

en los suaves peldaños del aire,

volar entre las aves,

dejar su simiente

en los ecos rojos de la tarde,
lejos de otras palabras,

                                        de otras voces.

Ser de Quimeras (IX)

Qué será de lo humano,

del canto y la palabra,

del arte que surge de las manos,

de la oración que dona el alma,

si el hombre abandona el silencio

de las noches en las mañanas.

Si todo lo que nace

no tiene raíces, ni esperanza

y el espíritu solo es carne

de soledad angustiada. 

Ser de Quimeras (VIII)

   (Sobre lo efímero)

Lo que abarca el hombre

no es suyo aunque lo ame,

ni un alma cercada por el roce,

ni un cuerpo entre sus dientes,

aunque sin pensarlo lo robe

para poseerlo siempre,

nada, ni siquiera el golpe

audaz de un beso le pertenece.

Aunque lo arrulle con voces

cerca de su amable vientre.

Ser de Quimeras (VII)

Busco un diálogo con lo vivo,

sentir sereno por el alma

un hombre, un flujo, un río,

el rumor seco de una cascada,

y encontrar la fe  por el camino,

en un aroma, en una palabra,

en este enjambre de seres y lirios.

De rerum natura

De rerum natura XI *

Y si la voz fuera más

de lo que se oye,
de ese eco roto,
pobre y desnudo
con el que se juzga,
si somos más allá
de un simple cuerpo
cercado de ansias,
muchas ansias,
y que nuestros versos
cuando gritan, delatan,
para que se encuentre
lejos de los límites,
del inevitable silencio,
la verdad de las palabras.

De rerum natura XII

Esas palabras nacieron desnudas,
con fervor tal vez de hielo. Y a solas
se volvieron aún más gélidas y duras
buscando el alba en otras sombras
y la luz del viento en la penumbra.
Volvían de sus ecos como frías rocas
añejas de silencios, llenas de dudas,
y ajenas al instante cálido de las horas
helaban brutalmente entre brumas
el alma blanca y el aire de las cosas.
Esas palabras brincaban entre ruinas
de sentidos y seres que enamoran.
Esas voces eran mías, vuestras, tuyas
antes que silbidos lejanos de caracolas,
antes que nocturnas y glaciales dunas.

De rerum natura Xlll　

Quiero vivir a puro sentimiento,
dejando el alma detrás del aire,
proyectarme otra vez en el tiempo
con lo que ayer fui o hubiera sido
y ahora estoy siendo,
reviviéndome con fe desde el latido
hacia otros sueños más vivos,
naciendo con un nuevo destino
pero volviendo a ser el mismo.

*:Publicados en Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes antigua seccion Noveles (2010).

del poemario "Solo Alma"

Ser de Quimeras (VI)

Hombre, detente en esa línea
un rato, el tiempo suficiente.
Detente en la frontera
del último deseo, del último latido
donde estés a solas con tu alma.
Detente en los límites ciertos
del silencio y las palabras,
antes del mundo, antes del aire,
justo allí donde más se ama.

Ser de Quimeras (V)

El deseo rompe los nudos,

nos da extensión, esperanza,

 y eleva al ser como un surco

vivo, preñado de mañanas.

Con ansias de amar el mundo

 devora el tiempo, lo vacía,

y arranca a los segundos

la realidad abrupta de los días.

El horizonte queda oculto

en esta dimensión de la vida.

Ser de Quimeras (IV)

Certeza del instante, de estar vivos

bajo el cielo que nos toca, en la noche

distinta, en la misma y única distancia

donde somos y no somos siempre.

No muy lejos de nosotros, aquí, cerca

de la piel que nos separa o nos une,

podemos saber que solo habitamos

cuando pisamos las sombras de los otros.

Certeza también del silencio, de esa voz

mezclada que es la voz final de todos.

Publicado en deliteraturayalgomas.blogia.com

Una palabra para un verso

Se arrastra por mi cuerpo

y no sé si allí nace

o viene con el viento,

se asienta en mis lamentos

y no sé si es generosa

o me roba el tiempo,

desde aquí la siento

como una duda serena

o un instante incierto,

como fuego o agua la quiero

para que sea luz

o movimiento

antes que una clara palabra

y vuelva al verso.

(Del poemario "Solo Alma")