Como un oleaje de silencios,
como una marea impura e infinita,
llega a mí, mezclado y a ráfagas,
el inmenso caudal de la vida.
Para que lo acoja, para que busque
todas sus partes, todas las esencias,
y encuentre en el ancho laberinto
de voces planas, sin aristas,
los registros profundos del hombre,
en ese cúmulo de luces y experiencias.